El pasado miércoles, el Presidente del Gobierno, restructuró su equipo de gobierno. Entre las modificaciones está la inclusión de LA PRIMERA MUJER de la historia como Miniastra de Economía: Elena Salgado, anterior ministra de Administraciones Públicas y Sanidad, una Ingeriera industrial y licenciada de Economía.
Su nombramiento ha causado asombro y rechazo a partes iguales. Son muchos los que le reprochan falta de experiencia, desconocimiento total de los temas a los que tendrá que enfrentarse en las circunstancias más adversas. Sobre todo, a la luz de las pretensiones del presidente Rodríguez Zapatero que, al anunciar la remodelación, el martes pasado, insistió una y otra vez en la necesidad de "cambiar el modelo económico". Nada más y nada menos. Un reto descomunal que a Elena Salgado no parece intimidarle. Cuando Zapatero le ofreció Economía, ella dijo que sí sin pestañear. Quizá soñaba con el cargo hace tiempo. "Elena no tiene miras pequeñas", asegura su amiga, la ex ministra de Cultura Carmen Calvo. "Es una mujer con criterio, y piensa que la política no es cosa de buscar efectos mediáticos, sino de hechos, de logros".
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